¿Qué puede hacer un adiestrador de perros por tu mascota y por ti?

Cuando pones un perro en tu vida son muchos los aspectos que hay que tener en cuenta. ¿Sabes que deberías hacer incluso antes de elegir a tu nuevo ‘compi’ de piso? Contar con el asesoramiento de un adiestrador de perros.

Alguien como Víctor de Ron, adiestrador profesional y presidente de la escuela Roncescan, porque no solo él tendrá que adaptarse a ti y a su nuevo hogar, tú también deberás hacerlo y, además, entender y aceptar la responsabilidad de convertirte en su “líder”.

¿Estás preparad@? Toma nota de las recomendaciones de este adiestrador para empezar vuestra nueva vida con buen pie, ¡y buena pata!

¿Cuál es la diferencia entre educar y adiestrar a un perro?

Aunque son dos términos que a priori pueden sonar a lo mismo, el adiestrador de perros De Ron nos aclara que no es así: “Educar es hacerlo cívico, enseñarle la base de nuestra sociedad y se hace cuando es cachorro. Al principio se encarga su madre pero a partir de la octava semana de vida somos nosotros los que tenemos que ponerle límites, enseñarle higiene, que no puede mordernos tan fuerte como a un perro…

En cambio, adiestrar a un perro es hacerlo bueno en algo cuando ya ha alcanzado la madurez”. Algunos ejemplos de este adiestramiento son los perros de ciegos, los que detectan trufas, los que ayudan a la policía o los que trabajan con equipos de salvamento. Esta formación, al igual que en el caso de las personas, no termina nunca, siempre se puede ir a más.

¿Cuándo se debería acudir a un adiestrador de perros?

“Antes de tener un perro. Nosotros, adiestradores de perros, ayudamos a identificar el que mejor se adaptaría a tu vida y, a partir de ahí, lo seleccionamos y empezamos a educarlo”, nos explica.

Es importante preparar a nuestra mascota para el entorno en el que vivirá, los ruidos y la gente o animales con los que cruzará cada día. El adiestrador de perros profesional se encarga de generar un vínculo entre la persona y el animal para que este confíe en ella y poder enfrentar cualquier situación o problema juntos. “Primero lo hacemos social y, después, sociable.

Un perro no puede gruñirnos o mordernos, tiene que ser dócil y dulce con las personas, aunque sea un ejemplar de guarda y defensa”, concluye De Ron.

¿Qué razas de perros son más fáciles de adiestrar?

Según Víctor de Ron, adiestrador de perros, todas las razas se deben educar pero el que más fácilmente se adaptaría a nuestra vida sería el labrador, los retriever. Aunque él prefiere hablar de líneas y afirma que Abantueso tiene el mejor criadero de perros de España logrando ejemplares con un carácter único, “dulces, que aguantan largas caminatas o pueden estar tranquilos y relajados viendo una película en casa”.

En el lado contrario, tendríamos razas de perros que aunque sean razas inteligentes y que aprenden rápido, no cualquiera puede adiestrarlos, como por ejemplo, los perros Akita y concretamente el Akita Americano.

En el lado de mascotas mini, adiestrar a un caniche toy no requiere en principio el apoyo de un profesional en adiestramiento canino, y permite ser entrenado por “principiantes”.

¿Qué técnicas de adiestramiento trabaja un adiestrador de perros?

“Yo utilizo el sentido común. Si veo que un juego va a terminar en pelea, lo paro. Hay que emplear el refuerzo positivo para enseñar a los perros pero no para poner límites”, nos cuenta el adiestrador de perros De Ron.

La educación o el adiestramiento de nuestra mascota empezaría en un centro donde los profesionales trabajarían con él para, más adelante, ceder el testigo al dueño, que deberá involucrarse y reforzar todo lo aprendido día a día, desde la elección y uso correcto del collar de adiestramiento para perros y la correa a todo lo demás.

Hay que recordar que “sin el trabajo del dueño, el trabajo de educación o adiestramiento no sirve para nada”. Para educar en casa, contamos con accesorios para el adiestramiento de perros.

¿Es necesario preparar al perro ante un cambio como, por ejemplo, la llegada de un bebé?

Un nuevo miembro de la familia, un cambio de hogar… Una mascota, al igual que las personas, tiene que adaptarse a nuevas situaciones a lo largo de su vida aunque, en palabras del adiestrador, si tenemos un perro equilibrado que confía en nosotros, “no importa los problemas a los que se enfrente”. A partir de ahí, es cuestión de familiarizarse con la nueva realidad y aprender todos juntos de ella.

¿Puede ayudar un perro a una persona con necesidades especiales?

Ya hemos hablado de los perros de ciegos, que se encargan de facilitarles la vida ayudando a sus dueños a evitar obstáculos y otros peligros del día a día. Pero, además, está estudiado que acariciar o contemplar atentamente a un perro nos relaja disminuyendo nuestra presión arterial y ritmo cardíaco.

Un efecto muy beneficioso y de gran ayuda cuando, por ejemplo, un niño con hiperactividad o autismo sufre una rabieta. Una situación difícil de gestionar si los padres llevan largas horas de trabajo y cansancio a sus espaldas. La terapia con perros es una excelente disciplina en este campo, procurando tanto bienestar físico como emocional.

Sin embargo, a un perro le sale solo, “empatiza, entiende a la persona y no juzga”, argumenta De Ron y añade: “a mi mismo, hoy en día, me habrían diagnosticado hiperactividad y los perros me han enseñado a desarrollar autocontrol, concentración, motivación…”.

Un beneficio que también se aplica a los casos de personas con epilepsia en bajo grado, tal y como nos cuenta este profesional: “haciendo una buena elección del perro se puede conseguir que desaparezca casi por completo”.

Los perros de terapia como caniches, labradores y el reciente Australian Cobberdog, son razas con mayor predisposición a “cuidar” de las personas con necesidades especiales de cualquier tipo.

Como veis, Smylers, tener un perro conlleva mucha responsabilidad y requiere una gran implicación, pero también es una inagotable fuente de aprendizaje, cariño, compañía y buenos momentos. El vínculo que se crea entre una mascota y su dueño, como todos, también empieza por conocerse, aceptarse y cuidarse para sacar lo mejor del uno y el otro. Ahora sí, ¿estás preparad@ para dar la bienvenida a un nuevo compañero de vida? 3, 2, 1… ¡Guau!